La alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. Pero en una persona alérgica, el sistema inmunitario trata a la sustancia (denominada alérgeno) como un invasor y reacciona de manera inapropiada, provocando síntomas que pueden ir de las molestias leves a problemas que pueden poner en peligro la vida de la persona.
Generalmente las personas alérgicas son sensibles a más de una cosa.
Los agentes alergénicos (alérgenos) más frecuentes son:
Las enfermedades alérgicas más comunes son el asma, la rinitis, la urticaria, la conjuntivitis y los eczemas.
Los síntomas son muy variados en cuanto a su localización, variedad y gravedad. Una reacción alérgica puede incluso llevar a la muerte (shock anafiláctico) pero en general es leve.
Los síntomas más frecuentes son:
No existe una cura real para las alergias pero es posible aliviar sus síntomas. La única forma de controlar las alergias es reducir o eliminar la exposición a los alérgenos.
El tratamiento de las alergias es sintomático, para ello se emplean distintos tipos de medicamentos dependiendo del tipo y
gravedad de los síntomas e incluyen: antihistamínicos, corticoides, broncodilatadores, etc.
Lo ideal es evitar el contacto con los alérgenos. Para evitar el contacto de alérgenos transportados por el aire, se pueden adoptar medidas como::
La mayoría de las alergias se pueden tratar sin dificultad con medicamentos.
Algunos niños pueden superar una alergia con el tiempo, especialmente las alergias a los alimentos. Sin embargo, una vez que
una sustancia haya provocado una reacción alérgica, sigue afectando a la persona.